La Plaza del Ayuntamiento, visita obligatoria si vas a pasear por el casco histórico de la ciudad. La arquitectura es impresionante y además, puedes ver una fuente danzarina. 

El Castillo de Santa Bárbara, en lo alto del monte Benantil, se trata de uno de los lugares más icónicos de Alicante, un castillo árabe que fue construido en el siglo IX. Durante la Guerra Civil Española se utilizó como cárcel. Si quieres ver uno de los mejores atardeceres de Alicante, este es tu sitio. Además, si te fijas bien, la parte de la montaña donde está el castillo es conocida como “la  cara  del moro” ya que tiene forma humana.

Para llegar al Castillo de Santa Bárbara, puedes hacerlo andando y atravesar el barrio de Santa Cruz, uno de los más pintorescos de la ciudad. Sus calles estrechas están llenas de bares y edificios blancos cargados de flores. Dentro de este barrio puedes encontrar la Concatedral de San Nicolás, construida en lo que fue una antigua mezquita árabe. Es considerado el templo religioso más famoso de  la ciudad.

No te olvides de pasear por la famosa explanada de España, famosa por sus más de 6 millones de mosaicos con formas de olas, y llegar a la preciosa Casa Carbonell con un estilo modernista. 

Otro lugar en el que disfrutar dando un paseo es la zona del Puerto. Puedes tomar algo en alguno de sus bares y disfrutar del atardecer con tus amigos.

Si tras esta parada te apetece un paseo en barco, te recomendamos que visites la Isla de Tabarca. Se trata de la única isla habitada de toda la Comunidad Valenciana. Este pequeño archipiélago cuenta con tres islotes: el de La Cantera, La Nao y La Galera. Una vez ahí, puedes visitar las Iglesias de San Pablo y San Pedro, o simplemente disfrutar de su playa. No te puedes ir de ahí sin comer el caldero (comida  que consta de dos platos: uno de pescado y otro de arroz) en el Restaurante Gloria.